La fruticultura es la actividad planificada y sistemática realizada por el ser humano, enfocada al estudio, desarrollo y producción de los cultivos leñosos y semileñosos que producen frutos. El objetivo de la fruticultura es aplicar principios biológicos y fisiológicos para obtener mejores cultivos, que a su vez, impliquen mayor rendimiento económico.
La humanidad ha desarrollado la fruticultura a lo largo de toda su historia. Cuando nuestros ancestros eran nómadas únicamente se realizaba la recolección de frutas que crecían en plantas silvestres. Sin embargo, cuando el hombre se volvió sedentario comenzó, de manera involuntaria, el proceso de domesticación de los frutales.
El desarrollo de la fruticultura sufrió avances impresionantes en la época de la Revolución Industrial. Fue en estos tiempos cuando la mecanización de la fruticultura comenzó, a la par de toda la mecanización agrícola. También se implementaron técnicas y metodologías más sofisticadas para mejorar la producción.
El proceso de domesticación implica seleccionar plantas con las características más sobresalientes. Al cuidar las mejores plantas, las de mayor calidad y cantidad, se realiza una selección artificial que permite el desarrollo de las variedades más prometedoras. Esto implica por supuesto la posible desaparición de las variedades con menos capacidades.
La fruticultura abarca varios aspectos, pero uno de los principales es el desarrollo de nuevos frutales. También se estudian cuestiones como mejorar el manejo de los árboles, determinando cual es la región más adecuada para su establecimiento y eficientando el uso de agua y fertilizantes que cada cultivo necesita.
Algunos de los retos de la fruticultura son el combate de plagas y enfermedades, minimizar el daño que causan a las plantas, analizar la repercusión en la producción y desarrollar métodos de combate efectivos. Además se busca mejorar los métodos de cosecha, almacenamiento y transporte de los frutos.
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