La agricultura ecológica comprende a la agricultura orgánica, que constituye uno de sus pilares; sin embargo, la agricultura ecológica también implica la protección de los recursos naturales (suelo, agua, etc.) y prioriza la sana nutrición de las plantas, lo que a su vez implica la protección de los consumidores.
El objetivo primordial de la agricultura ecológica es obtener productos de excelente calidad a menor costo, tratando de que los agricultores puedan seguir viviendo del campo y no tengan que dejar sus tierras para irse a las grandes ciudades en busca de mejores oportunidades de empleo.
La agricultura química-mecánica implica el uso de fertilizantes y plaguicidas químicos, así como de maquinaria pesada para trabajar la tierra. A este tipo de agricultura se le ha puesto el nombre de agricultura convencional y es el resultado de un movimiento denominado Revolución Verde, ocurrido de unas décadas a la fecha y encaminado a hacer más productivo el campo.
El problema de la agricultura convencional es que volvió la producción agrícola demasiado costosa, tanto que muchas personas emigraron hacia las ciudades en busca de otras fuentes de empleo. Lo cierto es que la agricultura química y mecanizada permitieron elevar los rendimientos y mejorar las cosechas, algo necesario para producir el alimento que requiere la población mundial.
Sin embargo, actualmente podemos ver que existe un nuevo movimiento a nivel mundial que exige retomar parte de los métodos tradicionales de producción y disminuir el uso de maquinaria y productos químicos. Esto ha sido causado en parte por el uso indiscriminado de agroquímicos, lo que ha influenciado en que los consumidores ahora exijan productos orgánicos i libres de plaguicidas.
El problema radica en que nunca hemos encontrado un punto de equilibrio entre los distintos tipos de producción agrícola. Es decir, las agriculturas urbana y ecológica son unas excelentes opciones pero difícilmente podrán sustituir a las grandes producciones en campo que requieren maquinaria y agroquímicos.
Digo esto porque la población mundial es muy grande y durante las próximas décadas aumentará drásticamente, lo que implicará mayor demanda de alimentos. Ahora bien, también es verdad que el uso de plaguicidas se debe moderar y hay que empezar a priorizar el desarrollo de variedades más resistentes, tanto a plagas como a sequías y cambios bruscos en las temperaturas.
En resumen, la agricultura convencional prioriza el volumen de producción, mientras que la agricultura ecológica prioriza la calidad de la producción; pero ninguno de los dos extremos nos ayudará por si solo a combatir la creciente demanda de alimentos. Se debe lograr un equilibrio entre ambos tipos de agricultura.
Imágenes de Organicsa y Olmo Axayacatl
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