Los sistemas de producción y distribución de alimentos actuales plantean una serie de problemas que los hace vulnerables ante muchas cuestiones de diversa índole, y en vista del tema hortícola de estos días, la llamada “crisis de los pepinos” en Europa, hablaré un poco al respecto.
Primero veamos a que va todo esto, hace algunos días Alemania levantó una alerta fitosanitaria en vista de un brote de la bacteria Escherichia coli en su territorio, el problema vino cuando de manera oficial dio a conocer que se debía a pepinos contaminados procedentes de Andalucía en España, quien es el principal exportados de frutas y hortalizas del mundo, por delante de China y Estados Unidos.
De esta manera en un par de días varios países prohibieron el importe de hortalizas provenientes de la Unión Europea hasta que la situación sea controlada, entre ellos Rusia, que fue uno de los primeros en imponer dicha norma. Sin embargo, el mercado español fue el más afectado, pues de la noche a la mañana se cerraron las fronteras a sus productos y los horticultores españoles comenzaron a tirar toneladas de productos echados a perder, debido a que el 35% de sus exportaciones tiene como destino Alemania, los cuales representan anualmente 153 millones de euros tan solo en pepino.
Luego de obtener los resultados de los análisis hechos en Alemania se ha descartado que los pepinos españoles hayan sido los causantes del brote infeccioso por lo que los productos hortícolas españoles han regresado al mercado europeo y en este momento la Comisión Europea espera llegar a un consenso sobre la compensación económica que se le brindarás al sector hortícola español por el daño causado.
Es interesante ver como unas declaraciones hechas sin fundamentos por personal del gobierno alemán han repercutido de manera tan negativa en el sector hortícola español, ya que a pesar haber dado marcha atrás con las declaraciones el daño esta hecho y le constará mucho a España recuperar la confianza del mercado, una confianza que en ningún momento perdieron por causa propia.
Como aprendizaje de esta crisis me quedo con la idea de que los mercados relacionados con la producción de alimentos son altamente inestables, pues esto a ocurrido y seguirá ocurriendo porque como consumidores queremos tener la absoluta certeza de donde provienen los productos que comemos, es por ello que debería ser posible seguirle la pista a un determinado producto hasta el punto de conocer en donde y bajo que condiciones fue cultivado, siguiendo con el camino que ha recorrido hasta llegar al punto de venta. Es decir, debemos exigir políticas y medidas para el seguimiento de productos.
Hasta que lo anterior no ocurra, declaraciones como las realizadas seguirán provocando pánico entre los consumidores, pues las medidas fitosanitarias implementadas en cada país son diferentes y no existen proyectos para en un futuro contar con estándars, ni siquiera en la Unión Europea que se supone un bloque intercomunicado de países.
Fuentes:
BBC.
SXC (imagen).
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