El ambiente esta constituido por factores bióticos y abióticos, es decir, por elementos físicos, químicos y biológicos, que están estrechamente relacionados entre si. Estas relaciones que ocurren dan lugar a los distintos ecosistemas naturales. Los ecosistemas son espacios en los que se establecen determinadas condiciones para el desarrollo de los organismos vivos.
Al momento que los seres humanos hemos transformado al ambiente para desarrollar la agricultura también hemos transformados los ecosistemas, hasta llegar a algo que se denomina agroecosistemas o ecosistemas agrícolas. Las modificaciones hechas pueden ser tan extremas que es posible llegar a crear ecosistemas artificiales.
Esto es lo que ocurre en los invernaderos y demás elementos de la agricultura protegida, donde es posible crear microambientes con condiciones específicas en los cuales los cultivos se puedan desarrollar plenamente.
El adecuado manejo del ecosistema implica plantas saludables.
Es por ello que conocer el manejo de los factores ambientales y manejarlos en beneficio de los cultivos es algo que determinará el éxito o fracaso de la agricultura protegida. Es necesario por ello tener amplios conocimientos sobre el clima exterior, de manera que en base al mismo podamos concluir que estructuras de protección son las que necesitamos.
Dentro de las estructuras de la agricultura protegida se crean microclimas, que sin embargo siempre estarán en función del clima exterior. Además todos los factores climáticos presentes afuera de dichas estructuras también están presentes, es decir, no es posible suprimir alguno de ellos, lo que si es posible es modificar el impacto de ellos sobre las plantas.
Los factores y elementos climáticos que debemos aprender a manejar son: la energía luminosa o radiación solar, temperatura, humedad relativa, gases atmosféricos, vientos, lluvias, etc. Pero esto no es lo único que se debe tener en cuenta, pues el medio de crecimiento de las plantas también juega un papel muy importante.
Las interacciones que ocurren entre los organismos vivos también son punto a tener en consideración y estudio, pues estás se modifican con el paso del tiempo, muchas veces en períodos bastante breves. Por último, debemos considerar que nosotros también formamos parte de los ecosistemas, y por ende modificamos los mismos con el simple hecho de estar presentes.
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