Para desinfestar los suelos agrícolas se utilizan productos bastante nocivos para el medio ambiente, entre los que se encuentran el bromuro de metilo, que sobresale como el más utilizado debido a su alta efectividad.
Este producto ha sido prohibido porque no solo es capaz de matar cualquier organismo vivo con el que entre en contacto, sino que además tiene graves implicaciones en la salud humana. Sin embargo, lamentablemente aún se utiliza en muchas partes del planeta.
Muchos grupos de investigación de distintos lugares han estado buscando una solución viable para minimizar el uso de agroquímicos en la desinfestación del suelo, pero han sido investigadores del Centro Tecnológico Itagra de Palencia quienes han presentado una propuesta bastante interesante.
Estos investigadores han llegado a la conclusión de que el ozono, que es un gas con alto poder oxidante, podría ser la mejor opción para eliminar microorganismos y malezas, dado que no es contaminante y su único residuo en el suelo es oxígeno.
Tras tres años de investigaciones la idea surgió de un proyecto en el que se buscaban aplicaciones del ozono en la agricultura, según explica Alberto Sanz, quien es el coordinador de I+D del Itagra. Por otra parte fue un momento en el que la normativa europea introdujo nuevas restricciones sobre el uso de fitosanitarios, prohibiendo el bromuro de metilo.
Cuando se aplica ozono al suelo este libera una gran cantidad de radicales de oxígeno, tanta que llega a ser "un veneno" para los microorganismos. La problemática radicaba en que había que desarrollar la tecnología para hacerlo además de demostrar que no contamina el suelo.
El equipo de trabajo fue dirigido por Sanz y Berta Gil, técnica de Agroingeniería y Medio Ambiente. Las pruebas se realizaron en un suelo típico de fresa porque es un suelo muy sensible que requiere desinfestación cada ciclo. Con dos aplicaciones de 15 minutos se obtuvo un 95% de desinfestación, solo superable con el bromuro de metilo.
El inconveniente es que hay que generar el ozono al momento de aplicarlo, pues no se puede almacenar dado que perdería su capacidad de oxidar. Por el otro lado, su ventaja principal es que el único residuo de su descomposición es oxigeno, por lo que el impacto en el ambiente es nulo.
Fuente | El Mundo
Más información | Dicyt
Imagen | Jardín Plantas
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