Actualmente está claro que los invernaderos representan una alternativa de negocio altamente rentable, esto ha propiciado el apoyo del gobierno mediante varios programas institucionales, especialmente para pequeños productores, con la intención de que mejoren su calidad de vida.
Según información de la empresa Syngenta, en el año 2010 existían alrededor del mundo 631.9 millones de hectáreas dedicadas al cultivo de hortalizas y flores bajo invernadero. En particular, México es uno de los países que mayor crecimiento está teniendo, pues representa uno de los sectores de inversión más rentables.
Dentro de las ventajas que tienen los invernaderos respecto a cultivar en campo abierto podemos mencionar que los rendimientos y las utilidades son mucho mayores. Así mismo, la obtención de productos más inocuos es otra ventaja destacable de la producción en agricultura protegida.
Según estudios realizados por FIRA (Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura), se estima que un invernadero de jitomate de al menos 3,000 metros cuadrados puede garantizar el ingreso necesario para el sostenimiento de una familia promedio.
De hecho, muchos programas gubernamentales otorgan a los productores créditos a fondo perdido para que comiencen la construcción de su propio invernadero y compren los insumos necesarios para arrancar el proyecto.
Sin embargo, la verdadera problemática que está impidiendo que la agricultura protegida sea rentable es la escasa capacitación técnica que se brinda a los productores, por lo cual no se están teniendo resultados productivos satisfactorios e inclusive muchos proyectos han fracasado por está razón.
Si a la par que se otorgan los créditos se brinda asesoría técnica la agricultura protegida podría convertirse en una alternativa viable, con elevadas posibilidades de éxito; solo de esa manera quizá dejaremos de ver estructuras metálicas y plásticos abandonados en la zonas rurales.
Si a la par que se otorgan los créditos se brinda asesoría técnica la agricultura protegida podría convertirse en una alternativa viable, con elevadas posibilidades de éxito; solo de esa manera quizá dejaremos de ver estructuras metálicas y plásticos abandonados en la zonas rurales.
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