Los biocombustibles contaminan mucho menos que los combustibles derivados de los hidrocarburos, pero presentan un gran inconveniente: su producción precisa de cultivos que bien podrían destinarse para el consumo humano; el cual no es un problema menor.
Con los problemas actuales de desabasto de alimentos que existen en el mundo es una contradicción que en lugar de estar produciendo cultivos para satisfacer la demanda de comida de la población se estén utilizando miles de hectáreas para producir cultivos que serán utilizados para la producción de biocombustibles.
Por esta razón la Comisión Europea (CE) propondrá limitar el uso de cultivos de alto impacto social para la producción de biocombustibles, de modo que los precios de los alimentos no sean tan volátiles a causa del acaparamiento por parte de grandes productores, quienes en pro de vender más caro para hacer biocombustible almacenan grandes volúmenes.
En la Unión Europea existe una normativa que indica que para 2020 al menos un 10 por ciento de los combustibles utilizados tienen que provenir de biocombustibles. Lo que se va a plantear ahora es que al menos la mitad de ese porcentaje provenga de cultivos que no sean clave para la alimentación mundial o ser de segunda generación.
Los biocombustibles de segunda generación son aquellos que se producen con los residuos agrícolas. En opinión personal creo que lo que debe hacerse es realizar investigación en cultivos que no sean de alto impacto alimentario, es decir, plantas que tienen mucho potencial para la producción de biocombustibles pero que no son comestibles.
Visto en 2000 Agro | Imágenes de Mission Local y Perú Consciente
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