En el último año se han logrado secuenciar los genomas de algunos productos hortícolas, siendo la sandía (Citrullus lanatus) el último en la lista, pues un grupo internacional de más de 60 científicos han obtenido su información genética completa, lo que acelerará los programas de mejoramiento genético.
Los investigadores que conforman el equipo de trabajo proceden de Estados Unidos, China y Europa, y han descubierto que un alto porcentaje de la resistencia de la sandía a plagas y enfermedades se perdió en el transcurso de la domesticación del cultivo.
La información del genoma de esta planta servirá para obtener variedades más resistentes, tanto a patógenos como a las condiciones ambientales, y con mejores características, además que se espera recuperar parte de sus defensas naturales perdidas en su domesticación.
El genoma secuenciado se encuentra disponible para consulta pública en la Base de Datos Genómica de Cucurbitáceas (Cucurbit Genomics Database) y la investigación fue publicada apenas el 25 de noviembre pasado en la revista científica Nature Genetics en su versión digital.
Curiosamente la sandía tiene casi el mismo número de genes que nosotros los humanos: 23,440. Para la investigación se compararon los genomas de 20 variedades de sandías con lo cual se desarrollo el primer mapa de variación genética, que servirá para identificar genes específicos como aquellos responsables del color, tamaño y sabor.
La importancia de la sandía radica en que constituye una de las 5 frutas más consumidas en fresco a nivel mundial, siendo la limitante para su desarrollo su base genética estrecha que impide una diversificación más amplia, pues solo existen unas 400 variedades comerciales en el mundo.
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