Los invernaderos son estructuras compuestas por un material de soporte y uno de cubierta (principalmente acero y plástico, respectivamente) que brindan protección a los cultivos albergados en su interior. Hace tiempo un experto en invernaderos lanzó una pregunta a la audiencia: ¿cuál es el siguiente paso en la evolución de los invernaderos?
Cuando me tocó el turno de responder ingenuamente hable de nuevos diseños, posible nuevas formas con las cuales se aprovechen más eficientemente los recursos. Y digo ingenuamente porque, aunque aún pienso que esto puede ocurrir, sin duda no es el futuro a corto plazo de los invernaderos, principalmente porque los diseños y formas actuales cumplen con lo necesario.
Después hablé de nuevos materiales, algo que sin duda es factible gracias al desarrollo actual que está teniendo la ciencia de los materiales. Solo imagina utilizar algún material novedoso que sea más resistente que el acero pero con menor peso, sería genial. Pero luego aterricé de nuevo porque la creación de nuevos materiales es un proceso largo y costoso, de modo que necesitaba una respuesta más acertada.
Por aquel tiempo no acerté en la respuesta que el experto quería oír, la cual por supuesto después explicó y que justo hoy recordé, lo que originó esta entrada. El siguiente pasó en la evolución de los invernaderos es la implementación de plásticos inteligentes, haciendo referencia con esto a que tengan la capacidad de modificar sus propiedades según las necesidades de cada cultivo.
Imagina un plástico que pueda variar su transparencia para que las plantas dispongan en todo momento de la cantidad de luz óptima para su desarrollo. Con esto actividades como el encalado pasarían a la historia y los días nublados no afectarían tanto el desarrollo de un cultivo. Es verdad que ya están ocurriendo grandes avances en este sentido, pero se necesita ir un poco más allá para hablar de plásticos inteligentes.
En la actualidad los plásticos para invernaderos disponen de muchas capas que les brindan ciertas características: antigoteo, antiáfidos, térmico, etc., pero con el desarrollo de la ciencia y la tecnología que estamos viviendo en estos días no es tan difícil imaginar que pronto podríamos tener plásticos para invernaderos que dejen pasar el aire, algo que sería estupendo para mejorar la aireación de los cultivos sin tener que planificar mayor superficie de ventilas, que incluso podrían no usarse.
En algún momento podremos tener plásticos que cambien de color, lo que sería útil para ahuyentar plagas (amarillo y azul), almacenar calor (grises), mantener el ambiente fresco (blanco), etc. Las posibilidades son muchas, habrá que ver cuales son las realidades que ocurren en los próximos años, que estarán en función de las necesidades de la industria y de los costos de producción.
Imágenes de Aurelio Bastida
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