Actualmente somos 7,000 millones de personas en el planeta, se espera que para 2050 la población mundial aumente a 9,000 millones; ejercemos una presión enorme sobre los recursos y hacemos muy poco para utilizar estos de la mejor manera posible. Nos estamos acercando a un punto en el cual la abundancia de recursos será solo un recuerdo del pasado.
El hecho de que vivamos en este planeta no significa que sea nuestro, hay que recordar que más que nada estamos de paso y debemos tener conciencia por las generaciones venideras. Claro, es un utopía mayor creer que de un momento a otro nuestra conciencia colectiva va a cambiar, pero tampoco es que haya que dejarlo todo a su suerte.
La hidroponía implica utilizar todos los recursos disponibles con la mayor eficiencia posible, es por tanto el camino a seguir. Para mi el cambio climático es una realidad, ya sea porque es una fase de la vida del planeta o porque lo hemos acelerado con tanta contaminación; es innegable que los ciclos naturales están alterados y por ello la disponibilidad de recursos es más azarosa que nunca.
Por ejemplo, tras algunos años de marcada sequía este año ha llovido en gran cantidad; también hemos tenido meses de intenso calor para pasar a algunos períodos con mucho frío. Estos desequilibrios ambientales dañan los cultivos, por lo que la inversión en los mismos se vuelve de alto riesgo, de modo que los invernaderos son alternativas más necesarias que nunca.
Producir alimentos para comercializarlos es quizá uno de los mejores negocios del mundo, pues hay cosas que las personas pueden dejar de hacer pero nunca dejarán de comer. Sin embargo, producir alimentos es cada vez más caro porque el precio de los insumos va en aumento: sustratos, agroquímicos, fitohormonas, etc., además que es más riesgoso.
La inversión inicial para utilizar invernaderos e hidroponía es elevada, pero si se manejan adecuadamente se puede obtener una tasa de retorno de la inversión mucho mayor que producir sin estas herramientas y técnicas, ya que se optimiza el uso de los recursos a la par que se mejora la calidad de los productos y se intensifica la producción.
Sin duda la agricultura protegida es el futuro, la pregunta es cuando llegará ese futuro a nuestro país, pues aunque el uso de estas tecnologías se ha extendido mucho en la última década aún estamos lejos en este sentido de países con condiciones más adversas (Holanda e Israel, por ejemplo), pero más preocupante es que existe un gran porcentaje de fracasos, debido a la falta de conocimientos técnicos.
Imágenes: Aurelio Bastida
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