El término acuaponía surge de la combinación de otros dos términos: acuicultura, que es la cría de animales acuáticos, e hidroponía, que es el cultivo de plantas en agua. De la conjunción de ambas técnicas deriva la acuaponía, que es la producción combinada y sustentable de plantas y peces.
La idea básica detrás de la acuaponía se explica de la siguiente manera: los desechos de los animales sirven como fertilizante para planta, de modo que la concentración de nitratos y otras sales no sean perjudiciales para los peces ni contaminen el ambiente si llegaran a descargarse en el suelo.
La técnica de acuaponía se conoce desde tiempos ancestrales, aunque no hay consenso sobre su origen y representa una forma de producción sustentable que está comenzando a tener importancia en la actualidad. Algunas de sus ventajas son la reducción de tierra necesaria para los cultivos y la reutilización del agua.
Una de los puntos fuertes de la acuaponía, y que ha sido poco explotado, es que permite utilizar agua dulce y agua salada, para esta última hay que introducir peces de agua salada y plantas que toleren elevadas concentraciones salinas, como algunas plantas que podrían servir de cobertera o forraje.
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