Todas las actividades que están relacionadas con la producción, distribución y venta de alimentos generan mucha contaminación, pero una en las cuales se puede hacer mucho es en el embalaje, que implica una gran contaminación plástica. Es por ello que investigadores brasileños están desarrollando envases comestibles.
Imagina por un momento que vas al supermercado y comprar una sandía, que viene protegida por una película plástica, la cual está fabricada a base de sandía, de modo que también te la podrás comer. Sin duda faltan algunos años para que esta sea una situación comercial, pero los primeros pasos ya se han dado.
Científicos de Embrapa Instrumentacao han realizado embalajes a partir de diversos alimentos, tales como tomate, guayaba, espinaca y papaya. Para esto han contado con apoyo de la Red de Nanotecnología Aplicada al Negocio (AgroNano), que les ha financiado con poco más de 70,000 dólares.
Para los expertos brasileños involucrados en el desarrollo de esta tecnología no queda la menor duda que esta será parte del futuro. Por ahora las investigaciones van bastante avanzadas, logrando obtener polímeros naturales con características muy similares a los plásticos sintéticos.
El proceso para fabricar plástico orgánico implica mezclar alimentos deshidratados con un nanomaterial que funciona como pegamento. En la búsqueda del mejor material también se ha probado con sisal, bagazo de caña, fibra de coco y yute. Todo esto representa un paso intermedio antes de llegar a los plásticos comestibles.
El desarrollo de plásticos orgánicos es el paso intermedio hacia los plásticos comestibles, pero sin duda sería una tecnología bien recibida por la agricultura, pues los plásticos convencionales pueden durar muchos años antes de degradarse e incorporarse a los suelos, mientras que el mismo proceso en los plásticos orgánicos sería cuestión de días.
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