Estamos por darle la bienvenida al año 2012, mal llamado "el año del fin del mundo", pero no estamos para discutir al respecto. Sin embargo, lo remarco porque en el planeta existe una construcción que hace alusión a un nombre similar.
Les estoy hablando de la "bóveda del fin del mundo", ubicada en Svalbard, en la isla de Spitsbergen, a tan solo mil kilómetros del polo norte y otros mil kilómetros de Noruega. Inagurada en el año 2008 y cuyo mayor impulsor es la FAO.
Su nombre oficial es "Bóveda Global de Semillas" y es una superestructura enclavada a 130 metros de profundidad en una montaña de piedra arenisca. Su objetivo es preservar la diversidad de cultivos del mundo, principalmente los alimenticios.
Desde su inaguración alberga ya 100 millones de semillas procedentes de una centena de países, cifra bastante pequeña comparada con la capacidad máxima de los tres almacenes que conforman la estructura, que es de 2,000 millones de semillas.
¿Por qué proteger las semillas? Bueno, en caso de algún fenómeno apocalíptico que devaste alguna parte de la Tierra, estaría garantizada la supervivencia de los cultivos pilares de la sociedad. Y me refiero principalmente a fenómenos naturales y guerras.
Hay que tener en cuentan que el siglo pasado el 90% de los alimentos más consumidos provenían de unas 7,000 especies distintas; hoy día ese mismo porcentaje solo lo obtenemos de unos 150 cultivos distintos. Es decir, hay muchas especies que proteger aún cuando en la actualidad no se exploten de manera comercial.
En el último siglo se han perdido tres cuartas partes de las variedades vegetales silvestres, debido a la expansión de las más rentables comercialmente hablando, lo que ha dejado muchas especies en el olvido, factibles a desaparecer.
Sin duda un gran proyecto que espera garantizar la supervivencia de muchas especies vegetales de nuestro planeta, que algún día probablemente se les encuentre un uso adecuado.
Fuente | Global Seed Vault
Imágenes | Ministry of Agriculture and Food
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